miércoles, 24 de febrero de 2010

Día 3


Dear Journal,
¿Será que todos y cada uno somos narcisistas de nuestra propia existencia y hasta allí llega cualquier tipo de comprensión? Yo me creo narcisista, me gusto para decirlo en terminos claros. Puedo entretenerme manteniendo charlas con mi otro yo, o enseñarme a tocar la guitarra o a cocinar un cheesecake sin recetas. Pero hasta ahí llega mi entendimiento, no me creo ni mejor ni peor que otro, me creo diferente (y vuelve a nacer mi narcisismo). Pero entonces... ¿Por qué los demás se empeñan en servirte como un psicólogo de turno? Seamos realistas, a nadie le interesa demasiado lo que el otro tenga para decir. Suficiente tienen con lo suyo, supongo que es un acto reflejo.
El otro día me encontré contandole un secreto de mi infancia a mi madre (lo sé, soy repetitiva tambien) como si hiciera la lista del supermercado. Le dí poca importancia, sudando la gota fría. Me atrevo a decir que me escuchó, pero no quiso oír realmente mis palabras. Siempre hizo lo mismo durante toda mi adolescencia, que fue más un viaje de ida a Disneyland donde se cayó el avión y se perdió en alguna isla desierta. Inconcientemente le quise contar aquel recuerdo para que me conociera, a mí, su hija. Fue un consejo que me dió una psicóloga que tuve hace años (la que rompió la relación profesional, queriendo ser mi amiga en lugar de un adulto), pero como le dije incansables veces le vuelvo a repetir: te equivocaste. Mi madre no es una persona con la que puedas hablar, no quiere sentir amenazada su vida descartable donde todo funciona gracias a ella. Nadie grita, ni llora, ni siente amor u odio, no existe el adulterio o el sexo en sí, las drogas o el alcohol. Somos una comedia americana donde al final de cada capítulo todo se soluciona, pero al fin y al cabo, no supera la primera temporada por lo irreal del tema. La gente se aburre y prefieren ver películas en Tnt dobladas al español.
Mi teoría es la siguiente: imagina a cualquier persona, que dado su estilo de vida jamás lo verias siendo padre o madre. Pero cuando tienen un hijo sus vidas se dan vueltan, y las personas de antaño desaparecen y surge naturalmente un gen que los determina, los humaniza y los vuelve los mejores padres. Mis padres no son así. No nacieron para ser padres. Quizás amigos, compañeros o marionetas. Les gusta vestirme, peinarme, inventarme historias con Ken, y mandar a Barbie a la universidad. Comprarle el auto rosa y armar la casa de los sueños, con una cocinita y una cama con colchón de plástico. ¿Quién no ha jugado con muñecas? Mi favorita era Barbie cazavampiros (desde entonces algo estaba mal).
Mis amigos son la misma historia (los que puedo contar con los dedos de una mano). Los amo ya que son la familia que yo elegí, y que feliz me hacen. Pero ¿de dónde surge esa manía de tratarme cómo una muñeca de plástico? Tan mal no está mi vida, yo la fui determinando así. Y no creo que sus vidas sean mucho mejor. Lo sobrevivimos o... ¿qué?
Supongo que me ves mal. Yo te contesto: no se si alguna vez estuve bien. No te aflijas, solo estoy cansada. El narcisismo me dió ganas de dormir.
Quizás algún día te cuente el secreto, solo a tí. Te escribo desde muy lejos, sintiendote cerca,

Dee.

miércoles, 17 de febrero de 2010

Dia 2


Dear Journal,
Fue la única forma que encontré de decirle adiós... quizás no era la más correcta, pero sino la que surgió de mi ser.

"Pero el amor, esa palabra...
Moralista yo, temeroso de pasiones sin una razón de aguas hondas,
desconcertado y arisco en la ciudad, donde el amor se llama con todos los nombres de todas las calles, de todas las casas, de todos los pisos, de todas las habitaciones, de todas las camas, de todos los sueños, de todos los olvidos o los recuerdos.
Amor mío, no te quiero por vos o por mí, ni por los dos juntos, no te quiero porque la sangre me llame a quererte,
te quiero porque no sos mía, porque estás del otro lado,
ahí donde me invitás a saltar y no puedo dar el salto,
porque en lo más profundo de la posesión no estás en mí,
no te alcanzo, no paso de tu cuerpo o de tu risa(...)
...para vos la operación del amor es tan sencilla, te curarás antes que yo(...)
Claro que te curarás, porque vivís en la salud,
después de mi será cualquier otro, eso se cambia como los corpiños.
Stop, ya está bien así(...)
Por qué stop?
Por miedo a empezar las fabricaciones, son tan fáciles.
Sacás una idea de ahí, un sentimiento de otro estante,
los atás con ayuda de palabras y resulta que te quiero.
Total parcial: te quiero.
Total general: te amo:
Lo que mucha gente llama amar consiste en elegir a alguien y casarse con él.
Lo eligen, lo juro, los he visto.
Como si se pudiese elegir en el amor, como si el amor no fuera un rayo que te parte los huesos y te deja estaqueado en la mitad del patio .
Vos dirás que lo eligen por que lo aman, yo creo que es al revés.
Vos no elegís la lluvia que te va a calar hasta los huesos cuando salís de un concierto.(...)
Al despedirnos éramos como dos chicos que se han hecho estrepitosamente amigos en una fiesta de cumpleaños y se siguen mirando, mientras los padres los tiran de la mano y los arrastran y es un dolor dulce y una esperanza y se sabe que uno se llama... y el otro ...y basta para que el corazón sea como una frutilla y...
Por qué no?
Hablo de entonces y no de este balance en que ya sabemos que el juego está jugado."

Solo me queda esperar que el desdén se evapore como cada idea ultimamente. Definitivamente el peor 14 de febrero... Hoy no, seguimos luego.
Ni tuya ni de nadie,

Dee.

miércoles, 10 de febrero de 2010

Día 1



Dear Journal,
No sé realmente como controlar éste estado de demencia permanente, de a ratos me confieso en un letargo donde las personas son los actores principales de una película (una tragicomedia shakespiriana del estilo Mucho ruido, pocas nueces) y yo continúo interpretando mi papel de extra, de actriz secundaria, de. Siento que la vida pasa a través de mis ojos sin demasiado remordimiento, como una burla del desperdicio que hago con mis días. Me he vuelto un individuo ermitaño, forzando mis falsas necesidades sobre los demás. Pero en realidad... tan difícil es para ellos creer qué no los necesito realmente? Lo entiendo, comprendo su instinto social de tener a alguien más a su lado, de relacionarse por no desaparecer, de perpetuar una existencia envuelta en amigos, familia, personas que verán una vez en la vida. Yo no, no funciono así. No me malinterpretes, me gustan las personas. Disfruto de su compañía, pero hasta ahí llega mi labor. Todo lo demás es mera cordialidad.
He tratado de revertirlo, pero las ganas ya me abandonaron. No logro conectarme realmente con nadie, porque yo me alejé por voluntad propia. Los escucho, pero no tengo el interés de que me oigan hablar. Y lo que sale de sus bocas se incrusta en mí con rabia; y bebo el cóctel de incredulidad y repugnancia.
Por ejemplo, mi madre. ¿Cuál es el órden natural qué permite su habla? Sus palabras me arrastraron a una dimensión alterna donde no existe la verguenza, no tengo porque escucharla, o gritar, o cometer un homicidio. Pero que sus palabras ya no logren tocarme no quiere decir que no lleguen a los demás. No sé si lo nota, o si, quizás, realmente no le interesa. Pero duele como una violación al alma el asco que me provoca cada vez que la veo existir.
Lo siento, supongo que hoy me siento malhumorada, a pesar de que fue ayer cuando mi vida comenzó a girar en espiral y no supe que hacer al respecto. No tengo suficientes ganas de darte detalles, quizás mañana.
Tuya,

Dee.